Un punto en común entre la clase obrera revolucionaria venezolana, es -además de su conciencia de clase- , su conciencia histórica una vez que le nombran al mes de abril y lo que este significa, en nuestra viva comprensión de la batalla por la qué peleamos.
¿Qué clase de conjunción se hará en el universo cada vez que llega el mes de abril?, Abril, el combativo, el de victorias, el de las soluciones, el abril que nos enfrenta, que nos llama, que nos desafía; abril para cantarlo, para vivirlo, el abril que se presenta luego de las duras batallas de febrero y marzo, abril, que bello, que potente abril, vivimos en Venezuela.
No sé si sea tal vez la energía creadora de las mujeres que decidieron hacerle frente a sus narrativas como Gabriela Mistral, Vilma Espín, Flora Tristán o sea quizás que la excitación de lo librado en meses como febrero, la nostalgia de marzo abril nos venga a levantar la cara para recordarnos que el odio nunca más volverá a gobernar, ni a tener cabida en el corazón de nuestro pueblo.
Digo esto, desde la claridad política, con la conciencia de que cada respuesta que tiene el digno pueblo de Venezuela, no es el resultado de una magia, o una respuesta de la fortuna, de la retórica o hasta del infortunio –en algunos casos- la decisión de esta Patria compuesta por todas sus formas, luces y sombras trata claramente de que un pueblo que se asume como tal, es leal a su pueblo.
Ahora bien, ante esta conjución de factores las y los dirigentes de esta jornada, de base, desde las estructuras de poder, quienes tienen en sus manos la confianza, compañía y respaldo de nuestras hermanas y hermanos de lucha nos toca con todas sus letras asumir el legado formativo de nuestras y nuestros compañeras y compañeros. Pues el respaldo popular a una lidereza o a un líder es producto de su consecuencia y conciencia histórica y política.
Es por ello que celebro desde este espacio que hoy asumimos, la potente convocatoria que nos ha hecho nuestro camarada Presidente Nicolás Maduro, a insistir en la formación constante y que hoy se puede nombrar en presente gracias a la activación de la escuela de formación del Congreso Bicentenario de los Pueblos, desde donde no me queda ninguna duda estaremos uniendo todo lo que haya que unir, para así cohesionar esa lección de “aprender haciendo” que tanto insistía nuestro Comandante Chávez y que nos sembró el Robinson Simón Rodríguez.
Ante esto, el escudriñamiento de nuestros pasos, la vinculación política con la intimidad y el respeto a cada una de nuestras habilidades abre paso a una nueva forma de vivir el combate.
Abril, de victorias, de combates aquí vamos las mujeres y hombres que han decidido ser libres para siempre a continuar en la defensa de la alegría, a seguir aportando a la descolonización de la mente y a la despartriarcalización de los espacios, en lo que estoy segura que juntas y juntos lo lograremos y venceremos.