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Mercaderes del miedo

“Mas no existe razón alguna para vivir ni límite posible en las
desgracias, si uno teme cuanto es suceptible de temor”
Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, 13.12

El miedo es terrible por las miserias que ocasiona. Desde esa certeza
ha sido utilizado como arma en las batallas políticas desde tiempos
ancestrales, principalmente por quienes insisten en la opresión como
mecanismo de supremacía económica y sostenimiento de un orden
social injusto e inequitativo.
Recientemente lo hemos visto, a propósito de las primarias opositoras,
sin pudor y sin moral reaparecen vocerías de derecha que de manera
altisonante apuestan al aplauso fácil con discursos que buscan infundir
terror, pánico en la población que además ya está sometida a una
realidad cruenta producto del bloqueo y las Medidas Coercitivas
Unilaterales. Son “mercaderes del miedo” que se niegan a aceptar que
este pueblo ha cambiado pero aún encuentran tierra fértil en un sector
minoritario de la población que se asusta y -muchas veces desde ese
pánico- actúa de manera irracional. Las cosas a las que tememos son
nimiedades comparadas con los daños que provocamos cuando
luchamos irreflexivamente por eludirlos.

El chavismo no conoce el miedo, lucha llevando como bandera sus
ideas, escucha con respeto al contrario; defiende de manera
inconmovible sus principios y no tenemos nada que ocultar al mundo.
Por eso, si queremos seguir adelante, debemos resistir y superarnos
día tras día. “La Revolución es más grande que nosotros mismos” eso
lo dijo Fidel Castro y es desde esa firme convicción que nos hemos
planteado construir un mundo donde podamos convivir sin humillación
y desprecio, sin hambre ni pobreza, sin opresión ni explotación. Donde
vivir con plena dignidad moral y material, en libertad sea posible. Ese
es el mundo que soñamos y para llegar hasta allá debemos transitar
un proceso complejo, lleno de tensiones y contradicciones tanto
individuales como colectivas.

El imperialismo está ahí. Tenemos por delante todos los retos posibles
que ustedes conocen, de penetración colonialista, de gente qu
todavía se viste con la bandera estadounidense y sueñan con una
invasión…yo los veo y me dan ganas de llorar, pero ni modo, he
aprendido a aceptar su existencia y si piensan de esa manera, me
invitan a insistir en nuestra lucha pues me muestran que aún falta
mucho por hacer. Chávez nos enseñó a amar a Venezuela con el
pensamiento de Bolívar y Rodríguez entre nuestras raíces, por eso, si
en algún momento te levantas en la mañana pensando que vamos a
perder esta batalla, te digo: LA VAMOS A GANAR porque Chávez nos
enseñó a ganar y también a perder, pero solo el miedo.

¡Venceremos!
¡Palabra de mujer!

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