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Desatar el nudo: Mujeres que hacen el Socialismo Feminista

Escribir sobre las mujeres es un dogma, especialmente cuando se trata de las
mujeres latinoamericanas, afrolatinas, caribeñas y aún más cuando se trata de las
mujeres en Venezuela, que son las paridoras de un proceso esencial que lucha y
se escribe al calor de sus voces, pues la construcción del Socialismo Feminista, –
nuestro aporte vital al Socialismo del siglo XXI- nace a partir de ellas, de nosotras.
Lo hemos venido conversando, en espacios públicos, en mensajes de Whatsapp,
en las redes sociales y en las conversaciones que solo ocurren en habitaciones
cerradas, las mujeres somos el sujeto político determinado para hacer la
Revolución Socialista, esa que hoy trasciende a la figura de la clase -pues ya nos
reconocimos en la batalla por la igualdad- para avanzar en la conciencia del género
y la concreción de la equidad con acción política.
La acción política, según las conceptualizaciones de Hannah Arendt, es la suprema
capacidad de los seres humanos de ser libres, la actividad a partir de la cual una
persona puede trascender lo dado y comenzar algo nuevo. Ante esta propuesta es
necesario recordar cómo con el paso del tiempo, las palabras que dijera Flora
Tristán, cuando a modo de prevención afirmaba que la vinculación entre clase y
género no terminaba en la perspectiva de la consecuencia, se hacen cada vez más
notorias, pues hay en la inequidad de género profundas injusticias que afectan la
consolidación de la victoria obrera o mejor dicho, la consolidación de la Revolución
Socialista.
Hacia allá vamos, desde la ruptura o deconstrucción del paradigma en el que
subyacen la visión que menosprecia la posibilidad de las mujeres de hacer el
cambio y que al mismo tiempo repite incesantemente la visión de una política
opresora, fatigada que se aferra a estructuras que hoy tambalean.
En estas nuevas luchas que se presentan ante el horizonte colectivo que nos
arropa, las mujeres y los y les invisibles estamos llamadas, llamados y llamades a
constituirnos en la gran fuerza que es capaz de motorizar y echar a andar la
transformación de no solo la realidad inmediata de nuestramérica, sino del mundo
todo y a este desafío responde la razón por la que asumimos alzar nuestras
banderas para aupar las voces del cambio.


¡Venceremos!
¡Palabra de mujer!

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